Tras el ajetreo de la inmensa Londres nos dirigimos a la tranquila y acogedora ciudad de Oxford; mi favorita del viaje. En Oxford todo era muy distinto, nada de hacer 20 transbordos para llegar a un sitio, ni mirar mapas ni nada por el estilo; simplemente caminar por sus calles y parques tranquilamente sin ninguna prisa. Ah, y hacer punting por supuesto!!