Este fin de semana lo pasé en la que es sin duda una de las playas más bonitas de Asturias; surfeamos, hicimos una barbacoa (más bien la hizo el señor Paraja y nosotros nos fartamos jejeje) y en general lo pasamos de cine!
Terminamos con un hang five con mayúsculas de Dani Alvite.
Un saludo!
De vuelta
Primera sesión de fotos en la 21. Tengo que cambiar un poco de ubicación para fotografiar esta ola que ya la tengo muy explotada.
Y esta última en San Pedro
Un saludo!
Ayer baje un poco por unas piedras para estar un poco más cerca de la acción, lo malo es que al ser mareas tan largas estos días cuando sube un poco tengo que subir al paseo para no acabar empapado
Y esta última en San Pedro
Un saludo!
Galicia calidade (II)
Tras despertarnos en Camariñas aprovechamos lo agradable que estaba la mañana para dar un paseo por el pueblo pesquero y comprar unas parrochas recién pescadas para comer ese día, más fresco imposible!
Después de hacer la compra volvimos a la carretera, esta vez hacia Muxía, donde visitamos una iglesia situada casi al borde del mar. Según la leyenda, a este lugar llegó la virgen en una barca de piedra, de ahí su nombre: Nosa Señora da Virxe da Barca. En este lugar puedes ver varias piedras que forman parte de la barca.
Muy mística esta chica tocando la flauta en esa piedra.
Tras esta parada nos dirigimos hacia Nemiña con la esperanza de que hubiera un poco de mar para poder darme un bañín, pero no tuve suerte así que nos pusimos a freír las parrochas. Mientras comíamos se puso a orbayar y tuvimos que recoger todo rápidamente y salir hacia Estorde donde pasaríamos la noche.
Como llegamos muy pronto aprovechamos para darnos un bañito en la playa que teníamos justo delante del camping en un rato que paró de llover y después darnos una refrescante ducha caliente. Después de descansar un rato fuimos a ver la puesta de sol en Fisterra, sin duda una de mis partes favoritas del viaje; es algo que si vas a Galicia tienes que ver sí o sí.
Estaba un poco nublado y teníamos miedo que no se fuese a ver bien, pero a medida que avanzaba la tarde el cielo se fue despejando.
Después de ver este espectáculo volvimos al camping a cenar y dormir, que falta nos hacía!
Continuará...
Después de hacer la compra volvimos a la carretera, esta vez hacia Muxía, donde visitamos una iglesia situada casi al borde del mar. Según la leyenda, a este lugar llegó la virgen en una barca de piedra, de ahí su nombre: Nosa Señora da Virxe da Barca. En este lugar puedes ver varias piedras que forman parte de la barca.
Muy mística esta chica tocando la flauta en esa piedra.
Tras esta parada nos dirigimos hacia Nemiña con la esperanza de que hubiera un poco de mar para poder darme un bañín, pero no tuve suerte así que nos pusimos a freír las parrochas. Mientras comíamos se puso a orbayar y tuvimos que recoger todo rápidamente y salir hacia Estorde donde pasaríamos la noche.
Como llegamos muy pronto aprovechamos para darnos un bañito en la playa que teníamos justo delante del camping en un rato que paró de llover y después darnos una refrescante ducha caliente. Después de descansar un rato fuimos a ver la puesta de sol en Fisterra, sin duda una de mis partes favoritas del viaje; es algo que si vas a Galicia tienes que ver sí o sí.
Estaba un poco nublado y teníamos miedo que no se fuese a ver bien, pero a medida que avanzaba la tarde el cielo se fue despejando.
Después de ver este espectáculo volvimos al camping a cenar y dormir, que falta nos hacía!
Continuará...
Polaroid experiments
Hoy os quiero enseñar una de mis polaroids favoritas. Era la última foto que me quedaba del "carrete" en blanco y negro, y tuve la suerte de que logré exactamente lo que quería en el primer intento. Pocas veces consigues plasmar lo que tienes en mente en una fotografía, pero cuando lo logras es una sensación muy gratificante; y más tratándose de una polaroid que no puedes editar, lo que hay es lo que tienes, y punto.
Un saludo!
Un saludo!
Galicia calidade
Al fin terminé de editar el montón de fotos que tenía de los 9 días tan intensos que pasamos Marina y yo en tierras gallegas.
Después de comer unos bocatas que nos traíamos preparados de casa seguimos nuestro viaje en dirección a la playa de Razo. Sin duda el trayecto que más largo se me hizo por el calor abrasador que hacía dentro de la furgo; menos mal que Marina llevaba un ventilador que chiscaba para refrescarnos...
Tras un pequeño contratiempo (no teníamos muy claro por donde tirar) conseguimos llegar a la playa de Razo donde se nos presentaría el reto de encontrar sitio para aparcar. Tras dar muuuuuuchas vueltas y pelear con los dominguers (y eso que era miércoles) conseguimos un sitio y pudimos disfrutar de la playa en la que pasaríamos la primera noche.
Afortunadamente el día siguiente no fue tan caluroso.
Salimos de Razo por la mañana tras desayunar allí hacia Ardeleiro en busca de sus archiconocidos muiños (jejeje). Pusimos el GPS para que nos llevara hasta Ardeleiro con la esperanza de que los muiños estuvieran por allí cerca. En este trayecto se acabó eso de ir por autopista, metiéndonos por carreteras por las que apenas pasaban dos coches llegamos hasta Ardeleiro, pero ni rastro de los molinos. Mientras Marina miraba la guía que llevaba yo me aventuré por la carretera a ver si encontraba alguien que me pudiese indicar. Al final di con un paisano que estaba dando de comer a les pites y me explicó en un gallego bastante cerrao que nos habíamos pasado. Así que dimos la vuelta y nos metimos por un camino de tierra y piedras hasta que dimos con el recóndito lugar en el que se escondían los muiños. Una pasada de sitio!
Desde aquí seguimos hasta la playa de Soesto, también en un sitio bastante escondido aunque muy bonita, gracias a Fer por recomendárnosla. Aquí comimos y aproveché para darme el segundo bañín del viaje (el primero fue en Razo) aunque este con casi-catastróficos resultados; olas ultra orilleras en las que casi parto el tablón al caer de rodillas sobre él tras un buen revolcón...
De aquí fuimos hasta el arenal de 13, un sitio absolutamente impresionante donde está la duna remontante más alta de toda Europa. Las playas de este arenal se cobraron las vidas de varios navegantes debido a sus fuertes corrientes.
Desde aquí nos dirigimos al puerto de Camariñas donde pasaríamos la noche. Como veis, un día muy ajetreado.
Continuará...
Marchamos de Gijón el 21 de agosto con la idea de volver el 29. La primera parada la hicimos en la playa os Castros, no tan famosa como la de as Catedrais aunque están pegadas y en marea baja puedes pasar caminando de unas a otras. Nosotros sólo pudimos pasar hasta la playa as Illas porque luego la marea ya estaba demasiado alta. Aunque no pudimos ver la famosa playa de las Catedrales nos pareció que las otras eran una pasada; además mucho más tranquilas.
Después de comer unos bocatas que nos traíamos preparados de casa seguimos nuestro viaje en dirección a la playa de Razo. Sin duda el trayecto que más largo se me hizo por el calor abrasador que hacía dentro de la furgo; menos mal que Marina llevaba un ventilador que chiscaba para refrescarnos...
Tras un pequeño contratiempo (no teníamos muy claro por donde tirar) conseguimos llegar a la playa de Razo donde se nos presentaría el reto de encontrar sitio para aparcar. Tras dar muuuuuuchas vueltas y pelear con los dominguers (y eso que era miércoles) conseguimos un sitio y pudimos disfrutar de la playa en la que pasaríamos la primera noche.
Afortunadamente el día siguiente no fue tan caluroso.
Salimos de Razo por la mañana tras desayunar allí hacia Ardeleiro en busca de sus archiconocidos muiños (jejeje). Pusimos el GPS para que nos llevara hasta Ardeleiro con la esperanza de que los muiños estuvieran por allí cerca. En este trayecto se acabó eso de ir por autopista, metiéndonos por carreteras por las que apenas pasaban dos coches llegamos hasta Ardeleiro, pero ni rastro de los molinos. Mientras Marina miraba la guía que llevaba yo me aventuré por la carretera a ver si encontraba alguien que me pudiese indicar. Al final di con un paisano que estaba dando de comer a les pites y me explicó en un gallego bastante cerrao que nos habíamos pasado. Así que dimos la vuelta y nos metimos por un camino de tierra y piedras hasta que dimos con el recóndito lugar en el que se escondían los muiños. Una pasada de sitio!
Desde aquí seguimos hasta la playa de Soesto, también en un sitio bastante escondido aunque muy bonita, gracias a Fer por recomendárnosla. Aquí comimos y aproveché para darme el segundo bañín del viaje (el primero fue en Razo) aunque este con casi-catastróficos resultados; olas ultra orilleras en las que casi parto el tablón al caer de rodillas sobre él tras un buen revolcón...
De aquí fuimos hasta el arenal de 13, un sitio absolutamente impresionante donde está la duna remontante más alta de toda Europa. Las playas de este arenal se cobraron las vidas de varios navegantes debido a sus fuertes corrientes.
Desde aquí nos dirigimos al puerto de Camariñas donde pasaríamos la noche. Como veis, un día muy ajetreado.
Continuará...
Suscribirse a:
Entradas (Atom)